Crítica gastronómica Qué se cuece?

September 19, 2012 at 8:39 pm

Ribereño : Alta cocina que sorprende

RiberenoMotivados por un chef amigo nos encaminamos una noche de viernes hacia el Restaurante Ribereño, ubicado en una estratégica esquina del sector Piantini de la capital dominicana. Asistimos tres parejas con la intención de conocer las creaciones de Eduardo Rodríguez, chef dominicano, egresado de Le Cordon Bleu, razón más que suficiente para despertar nuestra curiosidad.

Afuera, mesas en una terraza, paraíso de los fumadores, esa raza casi en extinción… dentro, un ambiente moderno, donde luce la madera y los tonos grises y anaranjados de la decoración.  Diez mesas, lo suficientemente separadas para mantener cierta intimidad, ayudada por la música, un tanto alta, pero acorde con la antesala del fin de semana.

Comezamos por los entrantes,  que fueron Dátiles envueltos en panceta con crema de queso de cabra, Nachos griegos con ragout de cordero y pita chips y Albóndigas de berenjena en salsa pomodoro, gratinada con mozzarella. Interesante el dulzor del primer plato, sorprendente la combinación texana-griega y mejor la preparación de las berenjenas.

Ribereno 2Los platos principales  fueron un Lomo Wellington de cerdo, bañado en crema de hongos salvajes con milhojas de papa y espinaca gratinada con queso Gruyère; Pollo Farci, que es un muslo de pollo deshuesado, relleno de queso de cabra, hongos, espinacas y aceitunas negras, bañado en crema de salvia y albahaca, acompañado de penne au gratin de tres quesos y tocineta ahumada; Risotto di pizza: con pomodoro natural, mozzarella gratinado, albahaca fresca y un toque de oregano.  Excelente combinación lograda en el lomo de cerdo y en la salsa de la pasta que acompañaba el pollo. En cuanto al risotto, que en términos teóricos es una italiana redundancia, no deja de ser una extravagancia deliciosa.

Por último, atacamos los postres, compuestos por un Tarte Tatin de manzanas caramelizadas con helado de vainilla y un Cheesecake de queso de cabra con salsa de moras.  Simple el primero, consistente el segundo con un ingrediente al parecer favorito en el menú de Rodríguez, el queso de cabra.

Un aspecto de continuidad en el servicio es el estilo de la decoración en los platos, muchos ingredientes, variado color y decoraciones al filo del Rococó, que distinguen a este restaurante y las preparaciones de su distinguido y amable chef, que cumple con la espectativa de su alta formación culinaria.

Gourmand taíno